Siempre había estado en la diada de Sant Jordi en el lado del buscador y comprador de libros, caminando por las calles repletas de paradas (casetas, carpas o stands), intentando encontrar aquel libro que quería leer desde hace tiempo, no siempre con éxito pero siempre regresaba con uno o mas de un libro para leer en las vacaciones. Cuando comencé mi andadura en el mundo literario nunca llegué a imaginar que caminaría por el lado salvaje, estar en el lado del que presenta en sociedad su obra. Si, lo digo con énfasis, porque Sant Jordi es para un catalán la puesta de largo, es el contacto directo con la gente que hace que los libros tengan razón de existir. Después de un día como ayer me siento rejuvenecido en el sentido literario, con muchas ganas de empezar nuevos proyectos y repetir una diada como la de ayer. No me cansaré de agradecer a Grupo Tierra Trívium que ha sido la editorial artífice de que mi sueño se haya cumplido. Ayer tuve la ocasión de no solo firmar ejemplares del Sendero Celeste, también de hablar con muchas personas sobre el libro y sobre la ciencia ficción en general, «¿Es realmente una leyenda?» me preguntaban, «Pues dicen que en Verona han encontrado una tumba de un templario catalán nacido en Solsona». decía una amable lectora. Recuerdo a un hombre francés que me dijo que no me compraba el libro porqué su español era muy deficiente pero que el tema le fascinaba. Regresé a las 7 de la tarde cansado, pero con una sobredosis de orgullo por el trabajo de siete años cumplido.
Unas instantáneas de la jornada:


Ángel, contenta e haber compartido una parte de este Sant Jordi tan especial contigo. ¡Un abrazo y por muchas más jornadas y más libros!
Me gustaMe gusta